/MISCELANEAS CRISTINISTAS Y PAPALES

MISCELANEAS CRISTINISTAS Y PAPALES

MISCELANEAS CRISTINISTAS Y PAPALES

  1. Curiosa novedad Pontificia:

El papa Francisco acaba de formular una precisión de notable concepción ideológica, al realizar fuertes críticas sobre la propiedad privada.

A la par de  puntualizar el rol profėtico de los “Sindicatos”, señaló que, la propieda privada, es un “derecho secundario”.

En su país, tiene muy estudiado el rol sindical, con especial atención a las enseñanzas del reputado General, extrañado por sus simpatías personales y admiración perpetua.

Han contribuido, con mucha dedicación y esmero, para perpetuarse en los manejos corporativos, defensa de los intereses de casta dirigencial y combatir enfáticamente todo aquello que no represente identidad con la fe Cristinista.

Aislados, neutralizados, padecen las expresiones gremiales independientes del poder político.

La palabra papal, atribuyó  al derecho de propiedad, el rol de dependiente de un derecho primario que es el destino  universal de los bienes.

Múltiple alegría para la conductrora de la  Coalición gobernante, al advertir que el mensaje rescata dos tradicionales puntales de su discurso y  desvelos.

Tardía explicación de la  consabida expresión “Cuiden a Cristina”, notable acto de servicio para la defensa irrestricta de un pensamiento en apuros electorales, por horrores de gestión e incompetencia manifiesta.

No alcanza la asistencia espiritual, hay que transpirar el esfuerzo y asistir a la amiga en desgracia por culpa de la incompetencia de su prole.

Cruel recuerdo del lenguaje corporal  y gestual que acompañaba las castigadas visitas del endemoniado presidente Macri.

Olvido de los castigos sufrientes propinados por Néstor, al privarlo de los Tedeums, trasladados, por exclusiva decisión presidencial,  a otras sedes, alejadas del castigado púlpito porteño, ostentado por el inhóspito Cardenal Bergoglio, al amparo de la festejada frase que le atribuía la condición de “Jefe de la Oposición”.

Decepción para los ingenuos fieles que atónitos obervan las vueltas y giros de las necesidades eclesiásticas y del nuevo mensajero de infaustas nuevas.

Esperanza para la América Latina frustrada y empobrecida por los desmanejos de un Capitalismo fallido, pero fundamentalmente por culpa de una clase dirigente mediocre, incapaz y esencialmente corrupta.

Hay que acomodar el discurso y dar testimonio de agradecimiento a quienes lo ungieron para desempeñar un rol impensado, novedoso, imprescindible, para reorientar el desgaste y la pérdida de confianza en el “negocio” religioso, que representan los poseedores circunstanciales del “Trono de San Pedro”

Los argentinos, reciben un nuevo testimonio de la ingratitud papal, insistentemente pregonada por la absoluta ausencia de visitas al terruño y a la feligresía que le permitió desarrollar el Ministerio que lo condujo a Roma.

Otra cruel sorpresa del novedoso exponente de la moderna Iglesia Católica.

Paseos por los países vecinos y excusas para la ausencia incomprensible del suelo natal.

Fatal desagradecimiento a los orígenes y dolorosa incomprensión para el común de los ingenuos.

Despiadadas volteretas de los acomodos políticos, acorde a una historia de traiciones y acuerdos espurios, reflejada en la más pura tradición de la historia eclesiástica.

Bergoglio es fiel exponente de un lenguaje oscilante, acomodaticio y típico de las urgencias y las conveniencias ocasionales.

Ligerezas de un discurso que no explica la mayor producción de bienes sin protección al capital privado.

Sutilezas que disfrazan la redistribución como instrumento para sacar al otro e igualar en la pobreza.

Extensión del “pobrismo” del que hace gala Venezuela, alentada por Cuba y el eje que se alimenta del odio al sector privado.

Nuevos matices para las viejas formas de combatir al capital.

La Europa moderna y EEUU, atentas a las urgencias y necesidades ecuménicas, sonrién con disimulo, ocultan sus burlas e ironías ante el vuelco papal hacia los nuevos rumbos, para los reiterados y fracasados intentos del socialismo frustrado, que ahora recibe la bendición.

2. El joven millonario, carente de estudios y antecedentes laborales, que entroniza el Cristinismo:

Máximo, fiel exponente del oficio de heredero, alienta su rol de sucesor familiar también en la política al adquirir el terreno despejado, por la imposición materna, para reinar en el distrito bonaerense.

Crudo testimonio de un rápido tránsito de la “play” al negocio de la política, carente de escalas, méritos, esfuerzos, despliega su arte innato, asistido por varios millones de dólares recibidos del fallecimiento del exitoso padre.

Néstor, con un estudio jurídico sencillo, limitado, pero disfrutando los goces y privilegios de los cargos de Intendente, Gobenador y Presidente, supo poner de manifiesto el “éxtasis” por las cajas que protegen el metálico atesorado en divisas fuertes.

Hoy su hijo, Máximo, en la declaración, protegida con garantías de privacidad y reserva, expuesta en la Cámara de Diputados, publicitada por pícaros e influyentes, da cuenta de millones de dólares resguardados en tal cantidad, que lo incautado a su hermana, Forencia, hace unos años adquiere insignicante expresión en términos numéricos.

A tal extremo que tuvo que pagar el impuesto a la riqueza, previsto solamente para las mas grandes fortunas del país.

Los elegidos y protegidos papales no hacen votos de austeridad.

3. “No se lograron lograr esos logros” (Sic. Textual del discurso de Axel Kicillof).

Una vez más, haciendo gala de su particular oratoria, el gobernador Axel Kicillof, asistido por su mentora, en un acto en la ciudad de La Plata, al inaugurar obras en el Hopital de Niños Sor María Ludovica, sorprendió con su original creación.

Tristemente superado por Alberto en festivas ocurrencias, obtuvo una disimulada resignación de Cristina, consumada autora serial de dislates y deslices.

Una vez más da cuenta de las dificultades para discurrir coherencias, al despegarse de sus tradicionales agresiones, descalificaciones y condenas de los antecesores.

Vergüenza ajena y destrucción irresponsable del lenguaje, por parte del inspirado economista y favorito en la consideración estelar de la Jefa.

Es lo que hay y “todo tiene que ver con todo”, emblemática expresión que se vuelve contra su creadora, con el simple deber de contrastar el discurso con la realidad del lenguaje

Es conveniente y aconsejable mantenerse en el relato militante, inconsistente y glorioso, que permite excursiones genéricas sin riesgos de errores brutales que expongan, sin tapujos, la patética liviandad y grosera multiplicación del divague como método y sistema.

Aprendan de Alberto que abandonó la improvisación y se protege con un discurso guionado por una pluma amiga.

4. Final: Las cosas en común.

Las propuestas de redistribución de los ingresos del sector privado constituyen exquisitos principios revolucionarios, utilizados con los bienes de los otros.

El Papa y Cristina se cuidan muy bien de dar el ejemplo con los bienes propios.

Los pobres fieles no reciben ni siquiera limosnas con las múltiples propiedades de la Iglesia y Cristina tiene a buen cuidado los “Privilegios” de los “Jerarcas” del “Sistema”.

Cristina, acumuladora insaciable, no trepida en Jubilación y Pensión presidencial con jugosas retroactividades, cargadas de cuidadosos intereses, incrementando la riqueza familiar, sin donaciones o derivaciones a la atención social de ninguna especie.

La atenta redistribución es con lo propio de los otros, exponiendo un egoísmo militante que erosiona el ámbito privado.

Pero a la par, construyen la fortuna con los abusos en el sector público y las nutrientes de los empresarios y contribuyentes.

Alta perversión y elegante actuación para estar siempre atentos a los privilegios y distinciones del sistema que les permite escalar en la ostentación de los bienes a expensas de los sufrientes aportantes.

Notables contradicciones revolucionarias de los héroes circunstanciales, fieles exponentes del discurso progresista, en descarado beneficio de sí mismos.

El Papa y Cristina no son ejemplos del mensaje que transmiten, en sus asuntos personales, por la falta de consistencia de sus propias conductas.

La coherencia, al fin y al cabo es también una expresión del “Mérito” y ambos reniegan de la importancia de su existencia.