/EL RECHAZO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA

EL RECHAZO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA

EL RECHAZO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA

Una vez más, los sectores representativos del Cristinismo más puro se expresan en torno al rechazo del pago de los intereses y del capital de la deuda contraída por el país con los organismos de créditos internacionales.

En noviembre de 2020 fueron los Senadores de ese espacio los que remitieron una notal al Fondo Monetario Internacional (F.M.I.), reclamando que deje de condicionar la política interna del país y brinde explicaciones sobre el préstamo concedido a la administración anterior.

En estos días, un grupo de intelectuales, profesionales, políticos, periodístas y demás representantes del espacio, se expresaron en términos similares, respecto al rechazo del pago de los compromisos externos y del destino de los desembolsos pendientes.

En ambos casos, interfieren con las gestiones naturales del Ministro de Economía, las cuales se encuentran en su estadio definitorio, para evitar el default con los vencimientos inminentes ante el Club de París.

A las negociaciones y pedidos a terceros países de apoyo y asistencia en la composición de las diferencias en aras de una solución razonable y acorde a la emergencia pandémica, se le opone una cerrada intransigencia de “no pago”, sin condicionamientos de ninguna especie.

Al estilo tradicional del líder, sin reparos, con imposición autoritaria y en tono de gesta épica, para insuflar a la falange y estimular el relato.

El Presidente acaba de saldar el debate por el ajuste de las tarifas, con un aumento del 9%, en sintonía con el planteo de Cristina y el Subsecretario Basualdo, en patética desautorización del Ministro, pero claramente en tono y notas de contenido puramente electoral.

Congelar tarifas, planchar el dólar y cerrar  los debates internos, ofertas imprescindibles para el clientelismo político y los ánimos adversos.

A la par, extremar los recaudos para colocar dinero fácil en los bolsillos en las vísperas electorales.

En ello va la fórmula del gobierno: Controles, regulación, asistencialismo y emisión monetaria.

Mientras tanto, la embestida heroica en la Cámara de Diputados, no condice con los números reales de los soldados disponibles para el sacrificio.

Los interesado son esquivos a los múltiples ofrecimientos y dificultan el horizonte, con la pretensión de subir los términos de las ofertas en curso y hacer uso de las urgencias en mejorar los beneficios propios.

Abundan las dificultades para el tándem reformista Máximo-Massa, sociedad de necesidades mutuas.

Uno para que le laven la cara ante empresarios tradicionales y pueda venderse, sin riesgos ni temores, de los propios que inspira su “Orga” y el otro en los aprontes vitales para suceder al alicaído Alberto en nuevas propuestas estratégicas, siempre con la mira del sueño inconcluso de las aspiraciones presidenciales a cualquier precio.

La supuesta “Avenida del Medio” siempre es vital para la continuidad de los sueños Kirchneristas.

Al fin y al cabo, con Massa en la vereda de enfrente perdieron sucesivamente varias elecciones.

Hoy se necesitan recíprocamente para mantenerse en el poder, aunque siempre se encuentre a tiro una traición.

Al fin y al cabo, con historias de traiciones y rencores se escribe la historia del peronismo.

En definitiva, el “parate” se instala en Diputados, a la espera de novedades en el comercio de los votos y las necesidades del mercado.

Massa ha llegado al nivel de su propia ineficiencia y no logra perforar las diferencias y permutar consensos.

Parálisis de la reforma al Ministerio Publico y otros menesteres.

Las disputas internas en la coalición gobernante brindan testimonio de las urgencias por el dominio estratégico de la orientación económica y respecto a la postura en relación al terrorismo internacional, tema este que nunca logra una condena cierta y sin rodeos.

Los argentinos asisten atónitos a los sucesivos records de la administración pandémica y los gana la incertidumbre y la desconfianza.

El plan de vacunación traduce diariamente inconsistencias y situaciones dominadas por la falta de certezas y adecuadas explicaciones.

Alberto ha tenido tantas dificultades con sus declaraciones que optaron por grabar sus discursos, prescindiendo de los peligros de la espontaneidad y la traición de los enojos fáciles.

La economía no despega de una inflación sostenida y todos los indicadores reflejan caída y precariedad.

En dicho marco la suspensión de las exportaciones de carne no provocará bajas de los precios internos del mercado, sino menor producción, empleo y pérdida de divisas.

Crece sistemáticamente la dependencia de la asistencia estatal y disminuyen los puestos de trabajo.

El gobierno no puede unificar una propuesta en la negociación externa. Cristina siempre progresa en los mensajes que ordena a su tropa el enfrentamiento abierto con los organismos de crédito internacional.

Las certezas de un programa y compromisos macroeconómicos constituyen cuestiones ajenas a la gestión actual.

Solamente medidas aisladas y parches sucesivos hasta las próximas elecciones.

La gente sin pertenencia política, despojada de fanatismos, lejos de la militancia como forma de vida, simplemente trabajadora, se encuentra inmersa en una nube de desazón, desencanto, incertidumbre y no puede comprender el futuro posible o probable.

Advierte, con crudeza, que, simplemente, cada día se puede estar peor.

En otras palabras: Nunca se está tan mal, que no se pueda estar peor.