/EN EL NOMBRE DEL HIJO

EN EL NOMBRE DEL HIJO

EN EL NOMBRE DEL HIJO

            En las vísperas del ansiado viaje Presidencial, Máximo le juega la carta más temida, con aviso previo y sin anestesia.

            El míercoles pasado, Horacio Verbitsky, en su editorial “Te estamos mirando” (Cohete a la Luna), destacó el fracaso de Alberto en la reciente gestión emprendida para convencer al Heredero de las bondades del acuerdo con el F.M.I.

            En dicha oportunidad, Máximo, tampoco se privó de reiterarle, al Presidente, que nunca estuvo de acuerdo con la propuesta de su madre que le permitió arribar a la primera magistratura.

            El enojo, la decepción y el fastidio escalaron y precipitaron su renuncia a la Presidencia del Bloque de Diputados del Frente de Todos, provocando un cisma de consecuencias imprevisibles en la Coalición Gobernante.

            Una nueva epístola surca el ambiente político y trata con rispidez y dureza la forma en que se llevó a cabo la negociación de la deuda y los resultados.

            La descalificación es absoluta para ambos extremos y priva al gobierno de un relato que le permita edulcorar la propuesta.

            Alberto puso rumbo a Rusia, China y Barbados con el sabor agridulce de una nueva carta que lo castiga en forma cruda y con dureza extrema.

            Abundan las voces que desalientan la existencia de crisis y acomodan con rapidez las fichas que encaraman un nuevo Presidente del Bloque.

            La política exterior multipolar es acicateada con muchas dudas y pocas certezas respecto al horizonte político del gobierno.

            Cristina, con un respetuoso silencio, asume la Presidencia temporaria por una semana, guardando las formas a la espera de tiempos mejores para expresarse.

            Los respetos resultan obligatorios en momentos de emprenderse semejante aventura en el ámbito internacional.

            Para escándalos, basta con el estropicio propiciado por su hijo, que golpea con estruendo la línea de flotación de la estabilidad política-económica.

            El Presidente se bate con la gratitud de la gesta vacunatoria hacia Rusia y multiplica las aventuras con su socio Chino, dejando de lado la agitación internacional por Ucrania y el boicot de los Juegos Olímpicos de Invierno.

            El gobierno considera estratégica su alianza con Rusia y China y hace caso omiso de las reservas de otras potencias occidentales respecto a la oportunidad y conveniencia de las citas.

            Los que ponderan la prioridad de las relaciones con EEUU y la Comunidad Económcia Europea no tienen cabida en este entuerto.

            En este marco, Cristina no tiene otra opción que “Desensillar hasta que aclare” y seguir con desvelos las aventuras filiales.

            Mientras tanto, una conjunción de personajes de colección propiciaron una marcha contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

            Juan María Ramos Padilla, Juez con trayectoria singular pero fundamentalmente muy agradecido a los favores Cristinistas, no cesa en la construcción de un discurso grosero, grotesco, agresivo y ordinario que en esta oportunidad tuvo como beneficiarios y destinatarios directos las columnas de camioneros y de los incondicionales del inefable “Pata Medina”, imprescindibles en la construcción del número, a la par de la C.T.A. y otras corrientes extremas, todos muy atentos al desarrollo de las ideas y sus conclusiones.

            Alberto no pudo todavía obtener la aprobación del Senado de su propuesta del Juez Daniel Eduardo Rafecas como Procurador General.

            Cristina nunca le dio impulso al pedido de Acuerdo y el expediente lleva casi dos años en algún cajón de su escritorio.

            Tampoco puede avanzar con la cobertura del cargo vacante de juez de la Corte Suprema y suelta a un cardumen de impresentables para manifestar con la lectura de un documento y un discurso fébril.

            Ha sido un acto para el regocijo y la diversión de la oposición.

            En el gobierno se preguntan como es posible que Ramos Padilla (padre) haya ganado un protagonismo central en el acto y a tenor del contenido y las formas del discurso (trato de atorrantes y delincuentes a los jueces de la Corte Suprema de Justicia) abren un interrogante en juego de sumas y restas en la consideración general de sus expresiones violentas y con lenguaje de arrabal.

            No hay mayor circulación de la noticia que en la tribuna muy propia.

            No es precisamente un estilo para la construcción de mayorías, sino para aislarse en un extremo agresivo e insultante del espectro político.

            En el mismo camino del ostracismo y la soledad, Máximo se aparta, sin abandonar el cargo de diputado, no solamente discrepa con el Acuerdo propiciado con el F.M.I. sino fundamentalmente con el modelo de país que representa.

            Mira, casi desde afuera  y espera, apostando fuerte por el fracaso del proyecto.

            Juega para el 2023. Este partido lo ha dado por perdido.

            Cristina espera la vuelta a casa del itinerante y puede provocar otra sorpresa.

            Alberto disfruta de fiestas y agasajos.

            Vienen tiempos dificiles y de pocas palabras.