/ALBERTO: EL INESPERADO GANADOR

ALBERTO: EL INESPERADO GANADOR

NI UNOS NI OTROS CON MUCHO PARA FESTEJAR

            Los resultados electorales afectaron, en la intimidad de sus reductos, las expectativas de los jerarcas de ambas coaliciones mayoritarias.

            Si bien en la manifestación pública, fundamentalmente para el goce de sus simpatizantes, ambas formaciones festejaron los resultados, en la intimidad para los dos sectores los resultados no fueron los verdaderamente esperados.

            El peronismo supera el pregonado destierro que destacaron distintos medios y el fantasma de una derrota aún peor que en las Paso.

            Los anuncios interesados de descomposición, dispersión y división de las distintas tribus, fundamentalmente en la Provincia de Buenos Aires, tuvieron un notable contraste con los resultados de una derrota digna, por un margen de diferencia muy estrecho y con levantada y victoria en distritos claves del conurbano.

            Ahora bien, muy a pesar de los aires triunfales y festejos, el oficialismo vuelve a perder en el país, por un margen general del orden del 9% y también cae en la Provincia de Buenos Aires, por diferencia mínima, sin perjuicio de una una remontada importante en el volumen de los sufragios.

            La nota más trascendente del oficialismo es la mejora en el desempeño en la Provincia de Buenos Aires, a pesar de la suma de derrotas en los distritos electorales importantes y de mayor peso en el interior del país.

            La caída en varias Provincias pone en jaque la situación de Cristina y la integración en del Senado, con la pérdida de la mayoría y del quórum propio sostenido desde el año 1983.

            Es notable el crecimiento de los liberales o libertarios con la figura de Milei a la cabeza, en un dato trascendente en la búsqueda de nuevas opciones por parte de la ciudadanía, que los lleva del 13%, en las PASO, al actual 17 %, en CABA y del mismo modo que Espert se constituye en la tercer fuerza en la Provincia de Buenos Aires.

            El próximo paso y desafío de ambos será transportar las figuras al ámbito nacional para proyectar sus aspiraciones fuera de las sedes exclusivamente locales.

            Las dos coaliciones mayoritarias pierden votos por derecha y por izquierda y no alcanzan, en ninguno de los casos  el 40% en Buenos Aires.

            Alberto, en un primer discurso grabado, guiado y dirigido con atenta lectura, sin apartarse en ningún momento del guion pautado, convoca al diálogo y al consenso en políticas básicas y apela al espíritu patriótico de la oposición.

            Luego, acompañado por los candidatos propios, sostiene un aire triunfalista e invita a un acto masivo durante la semana en la plaza de mayo.

            Esta última versión esta dirigida al frente interno y persigue limitar a Cristina en su embestida.

            Hay un relanzamiento del gobierno, reafirmación de Alberto y apego al triunfalismo para sostener la unidad del oficialismo.

            La mejora de los números en Buenos Aires levanta la imagen y lo consolida con mejor perspectiva y capacidad de maniobra para los próximos dos años.

            Alberto logra salvar su figura y comienza el proyecto de construir en la coalición la posibilidad de una interna abierta para el próximo turno como garantía de unidad y cohesión electoral.

            Sea como fuere la lectura de los resultados, Cristina pierde su poder hegemónico y debe prestar el consentimiento que impida la división.

            No hay futuro para el peronismo sin la unidad en la coalición y la consigna será la  búsqueda de un método que permita la elección de los futuros candidatos y en especial la del aspirante presidencial, sin que medie la tradicional imposición del unicato, con las decisiones unilaterales de Cristina en las nominaciones (Boudou, Scioli, Alberto, Axel, Máximo).

            Alberto sale fortalecido y lo demuestra a voz alzada en el mitin partidario.

            Ahora todos están pendientes de las reacciones de Cristina, pero el Presidente rápidamente acomodó sus fichas con el doble discurso y se mantiene expectante pero desde una posición de mayor fortaleza.

            La oposición, muy a pesar del grotesco presidencial en múltiples escenas, no supera el 40 % en la Provincia de Buenos Aires y tampoco asciende en los distritos clásicos del peronismo en dicha sede territorial.

            Una recomposición de la gestión y mejoras económicas posibles dejan al oficialismo en un balance muy mejorado para el próximo turno.

            Los Intendentes del conurbano han hecho valer sus comarcas y métodos tradicionales, evitando claramente una debacle en términos legislativos e incluso, aún perdiendo le dieron una victoria a Axel que le arrebata a Juntos la mayoría en el Senado Provincial, quedando ahora ambas representaciones en un virtual empate en la Cámara Alta, que necesitará de la resolución de la Presidenta, que no es otra que la Vice Gobernadora.

            Los resultado permiten un punto de inflexión razonable de cara a las postulaciones en 2023.

            El peronismo queda sin líderes indiscutidos, pero evita heridas graves que impidan la recomposición territorial y mantiene esperanza en la sumatoria, en la medida que sostengan la unidad.

            Del mismo modo, en Juntos la batalla no será menor para mantener el orden y evitar la progresión de pérdidas por derecha, con el crecimiento del fenómeno libertario y la eventual extensión en el interior del país.

            Nada queda definido, ni tampoco resulta definitivo en el futuro escenario electoral.

            Buenos Aires le devuelve la vida a Alberto y le permite proyectar su gobierno con una segunda oportunidad.

            De el depende saber, querer y poder aprovecharla.

Una vez más lo inesperado. Pese a los tropiezos, las carencias y los golpes propios, Alberto tiene nueva vida.

Incluso, la doble maniobra discursiva le permite salvar al Ministro de Economía y emprender la negociación final con el FMI.

Cristina deberá revisar sus métodos y abrir un compas de espera. Corre el riesgo de mantener influencias exclusivamente en la provincia de Buenos Aires, ya que el interior se le aleja en pasos sucesivos, arrastrando al peronismo en derrotas inesperadas.

            Aún en la derrota, Alberto es un gran ganador en este turno de disputa electoral.