/NO EXISTEN MAS CERTEZAS

NO EXISTEN MAS CERTEZAS

NO EXISTEN MAS CERTEZAS

            Cuando restan apenas dos semanas para el turno electoral, el oficialismo esconde, como puede, las disputas y el desconcierto entre sus distintas tribus.

            El Presidente y su Ministro de Economía acaban de lanzar furibundas críticas al Fondo Monetario Internacional (F.M.I.) y Cristina rescata del exilio en La Matanza a Roberto Feletti y Debora Georgi para emprender la aventura de los precios congelados y la cruzada contra la desmesura empresaria.

            En el último acto en el Estadio de Morón vuelve la marcha en su estado más puro y el discurso para la militancia y el núcleo duro de la coalición.

            Los Intendentes y Gobernadores adictos ponen en la calle a sus dependientes y acometen en procesión contra las gondolas en publicitada revisión de los precios.

            La inflación supera el 3% en las estimaciones de los meses de septiembre y octubre y la versión que justifica la iniciativa insiste en la codicia de los empresarios, como factor primordial del alza sistemática de los precios.

            La imposición unilateral esquiva el diálogo y el acuerdo como método y encamina el conflicto para soslayar los desequilibrios estructurales que anidan en la economía.

            Todo el discurso oficial y las medidas apuntan a sostener el núcleo fundamentalista de la coalición y sus integrantes más extremos.

            Ya no hay convocatoria a los sectores moderados e independientes y la ambición y el esfuerzo se centra exclusivamente en recuperar votos muy propios y no perderlos por izquierda.

            Se opacan las primeras figuras de la alianza gobernante y reina el desconcierto, en una suerte de resignación fatalista.

            El hartazgo social puede adquirir expresiones de mayor gravedad y rechazo aún.

            El menú esta servido para una respuesta electoral escandalosa.

            El peronismo pierde las certezas y en forma silenciosa transita un camino de soledad y desengaño.

            El gobierno escala en una administración incierta, contradictoria, indecisa y postergra sucesivamente decisiones cruciales para gobernar la crisis.

            No advierte que,  luego del comicio, el ajuste será inevitable o las correcciones por la impericia las adoptará el mercado.

            Una vez más la política será victima del desmanejo de la economía.

            El dia siguiente tampoco tiene certezas, ya que nadie es capaz de aventurar las decisiones de Cristina, sin perjuicio que esta vez llega muy preparada para la debacle electoral inevitable.

            El liderazgo oficialista perderá todas sus espadas. 

            El vacío y la pérdida de seguridad alientan las traiciones.

            Malos augurios para la gesta oficialista.