/EL NUEVO HERMINIO IGLESIAS

EL NUEVO HERMINIO IGLESIAS

EL NUEVO HERMINIO IGLESIAS

            Las posteriores aclaraciones de Aníbal al desgraciado episodio del abuso e intimidación consumado contral el humorista gráfico Nik no hacen más que complicar, cada vez con mayor intensidad, la gravedad del evento en términos de costos electorales desfavorables para el oficialismo.

            La ausencia absoluta de reconocimiento de un error y la insistencia desatinada en rescatar la legitimidad de lo actuado, confrontan brutalmente con las normas más elementales del sentido común.

            Salvo la sensatez y el aplomo del Jefe de Gabinete para acusar la existencia de una situación desafortunada y del candidato a Diputado por CABA (Santoro), señalando un error, el resto del espectro político oficial acompaña el evento con un ominoso silencio.

            Alberto se refugia en la intimidad, valorando la existencia de una disculpa y Cristina no tiene ninguna palabra, expresión o declaración al respecto.

            La decisión de acudir a la figura de Aníbal planteaba serios riesgos por la historia de autoritarismo, trayectoria y orígenes.

            Forjado en las aguas del peronismo bonaerense clásico, ex Intendente de Quilmes, vinculado a procesos judiciales de distinta especie, fiel escudero de Duhalde, cambió con celeridad de vereda cuando Néstor se desvinculó de su mentor.

            Sin perjuicio de la palidez de la gestión de su antecesora en el cargo, resulta muy llamativa su convocatoria en momentos de encarar una cruzada de renovación y ampliación de la base de convocatoria para mejorar el resultado electoral.

            Mucho más la falta de un llamamiento para hacer silencio, contener, limitar los daños y evitar una escalada como la que se constata con la inexplicable insistencia ministerial.

            Persiste en la corrección absoluta de su proceder. 

            Despojado de autocrítica y sin reparos expuso que “Redacto muy bien, no vi nada de lo que me dijeron y no me arrepiento”.

            En forma increíble, con una pirueta del lenguaje, se convierte en víctima y denuncia un “Formidable ataque mediático sin precedentes”.

            Insiste que “Se quiere hacer decir lo que no se dice y culmina el desvarío con una convocatoria emocional a la tropa fiel: Viva Perón

            Ahora, en un descuido fatal, controvierte con el Jefe de Gabinete y el correcto alfonsinista acérrimo y candidato porteño.

            No trepida en colisiones, embate ciego y a la bartola.

            Se erige en un nuevo Herminio Iglesias, pero aún más consumado, ya que a la maniobra original, similar en sus consecuencias al siniestro del cajón, le aporta sucesivas combustiones que agravan el percance.

            Es un desborde sin cauces, con suma de entregas que siempre elevan el grotesco y el absurdo.

            Patentiza en forma cruel que de cualquier lugar se puede volver, menos del ridículo.

Meteoro ígneo que dilapida el capital electoral y verbaliza con destino feliz exclusivamente para los fieles militantes.

            Las prácticas más profundas de los Barones del Conurbano están en la identidad y la naturaleza de sus integrantes.

            Aníbal y Herminio representan la continuidad de los modos, las prácticas y los métodos de un sistema de acción política.

            Todo se redime al grito de Viva Perón.

            Cristina deberá elaborar el duelo y prepararse para el día después

            Dificil torcer el destino de tanta ineptitud.