/EL CARACTER INSULAR DE LA ARGENTINA Y EL CRISTINISMO

EL CARACTER INSULAR DE LA ARGENTINA Y EL CRISTINISMO

EL CARÁCTER INSULAR DE LA ARGENTINA Y EL CRISTINISMO

Argentina es un país que, a lo largo de los años, ha sostenido una condición insular, no solamente condicionada por su situación geográfica, sino alentada por gobiernos aferrados a modelos cerrados, con economía de regulación estatal persistente y ajena al esquema de inversión privada y capitalista.

En contraposición, durante los gobiernos militares, del Frente Amplio y ahora con la coalición multicolor gobernante, Uruguay siempre mantuvo una tradición contraria, de equilibrio estructural macroeconómico e integrado al mundo con acuerdos de diversificación exportadora.

Mucho aliento al trabajo genuino y a la potencialidad de inversiones y exportaciones.

Actualmente, las diferencias llegan al extremo de perforar al Mercosur, por la búsqueda de nuevos mercados, con precios competitivos y economía sana.

El Cristinismo, en su versión de evolución actual, consuma la consolidación del peronismo en un esquema de confrontación persistente con el sector privado.

Al amparo del tradicional contenido de la marcha emblemática, que postula “Combatir al Capital”, se adentra en regulaciones y restricciones de múltiples formas y estilos, para entorpecer y limitar la expansión de las actividades privadas.

El Partido Justicialista constituye un movimiento que oscila y visita todas las orillas del pensamiento político, a la par que se sumerge fervorosamente en una u otra postura ideológica, según la ocasión y las circunstancias históricas.

En los últimos tiempos, la Jefa no encuentra límites, ni resistencias al dominio absoluto de la manada y nadie discute su hegemonía.

No tiene adversarios de fuste y todos se inclinan y reverencian un liderazgo indiscutido.

El teorema que justificó el método de construcción política del Frente de Todos, dibujo de la singular alianza gobernante, ha sido concebido para convalidar una ingeniosa aventura: “Sin Cristina no se puede y con Cristina sola no alcanza”.

El fracaso de Macri y la formulación de la curiosa oferta dieron como resultado la entronización de un gobierno bicéfalo.

Por un lado la conducción formal del gobierno y por el otro el Poder real.

En el Instituto Patria se construye el contenido ideológico de las políticas que instrumentan los cuadros de la Campora.

Alberto es el instrumento que garantiza la Unidad de la Coalición y su virtud es el sacrificio constante en aras de contener la dispersión de los disidentes.

Los sectores moderados e independientes, imprescindibles en el cómputo final para hacer la diferencia fundamental en las gestas electorales, cooptados por Sergio y Alberto, carecen de relevancia en la gestión y la decisión final.

Los dirigentes peronistas, sindicalistas y demás, gastan sus días y horas en la delicada atención de sus negocios, con una atenta mirada de sus intereses sectoriales y ensayado disimulo de otras venturas.

Cristina persiste en el combate furioso por disciplinar el escenario legislativo; confrontar hasta la rendición a la Corte Suprema de Justicia; arrasar el Poder Judicial para colocar en los estrados a los integrantes de “Justicia Legítima”; transitar el camino hacia el destino del partido único; alinear al país en el eje Cuba, Venezuela, Rusia, China e Irán; restringir, limitar y condicionar todo tipo de actividad privada; regular y afectar a los empresarios, para provocar el retiro, con rumbo a otras latitudes amistosas; dificultar y trabar la importación y la exportación; venerar al Estado como fuente de virtudes y garantías; utilizar la emisión monetaria como modo para expandir el consumo y la asistencia estatal; acudir al gasto como recurso para sostener un universo cautivo de asistencialismo y aislar integralmente al país del mundo occidental para justificar el relato épico del paradigma revolucionario.

En este marco deben ser analizadas las medidas de limitar el reingreso de los argentinos varados en el exterior y perjudicar sistemáticamente el negocio de las aerolíneas extranjeras.

Las decisiones fueron adoptadas sin ninguna consulta a la Cámara que las agrupa, situación que persiste en la prórroga de las medidas, con alivios parciales en los números de afectados y vuelos.

Se ha respetado un dogma: falta de previsibilidad y planificación.

La guía es afectar la eficiencia y la sustentabilidad de las operaciones.

Pudo y puede hacerse la misma medida, cuya legitimidad no se discute, con otras formas, pero se acude al autoritarismo y a la imposición del UCASE del Jerarca.

Es el modo y su fatalidad, cruel expresión de ineptitud o lúcido espejo de oscuras intenciones.

Argentina es una isla, alejada del mundo, pero mucho más a partir de las políticas consagradas y al aislamiento propuesto como resultado inevitable de la combinación explosiva de medidas ideológicamente concentradas.

Abandonaron el país varias líneas aéreas: Latam Argentina; Qatar; Air New Zeland y Norwegian y han suspendido los vuelos: Cubana de Aviación; Emirates; Ethiopian; Alitalia; Air Canadá; Sky; Gol; Azul y British.

Al limitar la capacidad de los aviones y los vuelos, colocan a las empresas en situación de pérdidas y quebranto, con lo cual las obligan a replantear el negocio en la Argentina.

El golpe letal se consagra con un universo de dudas e incertidumbre, que deriva fatalmente en la reprogramación sistemática de los vuelos.

Una vez más, la política pandémica destruye la actividad privada, con abusos, falta de organización, previsión y proyección.

Las restricciones vuelan por doquier.

La construcción de un país cerrado y aislado de EEUU y Europa se consuma con el conjunto de las medidas que constituyen un esquema de política interior y exterior.

El delirio Cristinista extrema la condición Insular de la Argentina.

La Isla del Fin del Mundo, en la concepción de la Jefa, constituye un remedo de Cuba, con relato épico y literatura revolucionaria.

No hay dirigente que la pueda y se le atreva.

Nadie quiere emular a Randazzo y su destierro.

El grave problema es que se caen todas las máscaras y el teatro del espejo, en la memoria de Luigi Pirandello, indaga sobre cual es la realidad.

No importan los personaje, ni tampoco los actores.

No persisten los engaños de moderación y equilibrio.

No es una cuestión de ellos. 

El único problema somos nosotros. 

Tendremos que elegir, simplemente, entre la ficción o la realidad.

La Jefa en toda su dimensión es la oferta electoral.