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DE POPULISMO EN POPULISMO

DE POPULISMO EN POPULISMO

Los resultados de las elecciones primarias dan cuenta una vez más la preferencia de vastos sectores populares de las figuras que representan un fuerte liderazgo, fundamentalmente encarnado en un sujeto carismático con propuestas movilizadoras que convocan fundamentalmente a la emoción.

La impronta referida en Cristina que ordena a sus fieles votar a Alberto Fernández y ahora a Sergio Massa lleva las posturas ideológicas al cajón de los recuerdos para navegar en pragmatismo  que reporte sumatoria de votos favorables.

El enojo, hartazgo, desencanto y hastío provocado por los políticos es el ambiente que propicia un nuevo emergente, de un signo político diferente pero fundamentalmente disruptivo con el sistema y la denominada “Casta de los políticos”.

El discurso frontal, agresivo contra la comodidad del sistema para unos pocos encuentra eco en una franja transversal de postergados, excluidos, relegados, enojados, desencantados que rechazan los sucesivos fracasos de los gobiernos de turno.

Una vez más la esperanza se centra en el encuentro de un líder carismático, locuaz, enérgico, contestatario pero con una fuerte impronta autoritaria y excluyente en cuanto desconoce y rechaza al otro como sujeto integrante de la contienda política.

El líder representa la iluminación, la verdad que no se controvierte y que utiliza la descalificación para encasillar al “enemigo” que no puede recalar en la hipótesis de un adversario meramente circunstancial.

Constituye una nueva forma de construcción hegemónica, en este caso en una postura anarco-capitalista y más precisamente anarco-liberal.

El Estado es el provocador del mayor daño y debe ser limitado al extremo para propiciar el libre juego de la economía de mercado.

Los Argentinos votan a un líder iluminado para revertir una realidad calamitosa y el sometimiento es incondicional a la palabra divina del nuevo caudillo en ciernes.

Sergio, con un limitado esquema de gestión abona un novedoso gobierno de unidad nacional para extender una suerte de cordón sanitario (por derecha y por izquierda) contra el extremo  que alienta el angelado profesor.

Patricia apela a la figura de un reconocido economista para levantar los detalles del debate económico y sostener el orden y la seguridad pregonados como banderas.

El “Profesor Loco” (Pola Oloixarac dixit) desgrana sus peones en un esfuerzo de equilibrio y racionalidad y se apega al clásico teorema de Baglini, en cuanto priva la moderación al acercarse al poder real y disfruta de sus aires triunfales en coqueteos con la farándula al extremo del amorío con reconocida y atrayente personalidad del mundo del espectáculo.

Inspirado en el más puro estilo Carlos Menem destila emociones en los medios de comunicación que lo pasean como estrella fulgurante.

 A su lado, Victoria Villarruel, abogada de firmes convicciones, presidente del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus víctimas, aporta una nueva visión de los Derechos Humanos que incluye a las víctimas del terrorismo.

La entrega de las áreas de Defensa y Seguridad anunciadas a su favor son demostrativas de una fuerte señal política del candidato.

El alineamiento con EEUU y la Unión Europea nos recuerda las relaciones carnales de Carlos Menem, propiciadas por el entonces Canciller Guido Di Tella.

En ese esquema de fuerte contenido político, los votantes de Patricia tienen una opción aún más dura y original.

La realidad le deja muy poco espacio para hurgar a la desafortunada candidata.

Millei constituye un personaje singular, inefable, con aires de comediante, forjado en los sets de televisión, tiene un cierto parentesco con Volodimir Zelenski, quién ascendió de la satira de TV a la Presidencia de Ucrania y a liderar la guerra de su país contra Rusia.

Ambos fueron tomados originariamente en broma y cursan destinos trascendentes fruto de un tránsito sin estructuras y a puro personalismo.

Mientras tanto, la Argentina lejos, muy lejos de ser un país normal.