La imagen del grupo de sindicalistas del gremio de camioneros que irrumpe en el supermercado en formación marcial para controlar el stock y los precios de las mercaderías constituye una tremenda expresión del fracaso de la política económica en materia de inflación y desnuda la impotencia del ministro ante el récord de la estimación anual establecida en 94,8 %.
La columna ataviada en tonos oscuros y con rostros severos transitó los pasillos, auscultó las góndolas y recaló en los depósitos haciendo gala de porte y presencia para marcar territorio y autoridad.
La medida autorizada por la Secretaría de Comercio Interior se toma en los días que se bate el récord de inflación anual de los últimos 30 años. Mérito exclusivo y excluyente de Alberto que arriba sin mostrar vergüenza o culpa al 94,8 % interanual.
El abandono de los buenos modales se produce en momentos que también se alcanza el podio de los países con mayor inflación, en una porfiada disputa con Venezuela para tomar el liderazgo.
Los gremialistas, especialistas en aprietes y extorsiones, están muy entusiasmados en ampliar los escenarios para desplegar sus habilidades ahora con expresa autorización oficial y en un ámbito de mayor protagonismo y trascendencia.
Luego se sucederán otros invitados a la fiesta militante para completar la aventura autoritaria.
Es difícil e innecesario ir con palabras más allá de las imágenes.
Los rostros, la formación, las miradas y el destino del patrullaje dan cuenta de la realidad actual del país.
Cuando creas que lo has visto todo, asistirás atónito a otra aventura singular siempre en una suma de ofertas ajenas a un país normal.
Es solamente una cuestión de estar atentos.
