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SIN CASA ROSADA HAY PARAISO

La disputa suscitada para convencer a los jugadores campeones del mundo sobre la conveniencia de concurrir a la Casa Rosada para ofrendar el triunfo y saludar a los entusiastas seguidores desde el balcón, tuvo un final de fiesta insospechado por la determinación de Messi y el Presidente de la AFA, popularmente conocido como el”Chiqui”Tapia.

Los requerimientos de los emisarios Albertistas daban cuenta afanosamente de las bondades del evento y las variadas ventajas de tan auspiciosa empresa.

A la par, voceros de las propias filas oficiales, cruzaban mensajes para evitar la concurrencia a la fiesta popular propiciada en el ámbito presidencial, tomando partido por la negativa de la iniciativa en dichos ámbitos.

La sistemática oposición de los jugadores tuvo que enfrentarse a una última jugada del Ministro del Interior, Wado de Pedro.


En efecto, en forma personal concurrió a Ezeiza para controlar en el lugar el operativo de seguridad y culminar la tarea en fila, con una alegre y ordenada formación a la espera del paso de Messi y compañía.

La múltiple actuación y urgencia política de capitalizar la situación tuvo un abrupto final que dejó pintado y aplaudiendo al urgido ministro.

Wado de Pedro acude a la cita como Ministro del Interior, figura gravitante de la “Cámpora”, serio aspirante a la futura candidatura presidencial y personaje de la máxima intimidad y confianza de Cristina. No logra cambiar palabras, siquiera estrechar las manos de Messi y se lleva una amarga lección de ubicación y respeto.

Recomiendo el repaso del video producido y subido a la red “Tik Tok” por Nacho Leta (#Messi#Tapia#Wado de Pedro#Qatar 2022) que deja pasmado al Ministro ante el paso de Messi a su lado, sin poder tomar el mínimo contacto, pero firme en su entereza ante el desconsuelo mantiene la compostura y aplaude sin cesar.

En un pasillo preparado para la recepción en el aeropuerto de Ezeiza, los jugadores transitan al paso y se destaca Messi, copa en mano, con atenta mirada hacia un horizonte distante, en dirección opuesta, absolutamente contraria a la ubicación ministerial, casi dándole la espalda al funcionario.

Luego, en la siguiente secuencia, Messi recibe la asistencia del presuroso “Chiqui” Tapia, quién apura la marcha, se pone a la par en su flanco izquierdo y en una maniobra futbolera de cortina y bloqueo impide cualquier intento del funcionario de estrechar distancias y enfrentar al astro.

Impedido de captar la atención, evadido de todo contacto visual y neutralizado por la hábil maniobra de Tapia, el Ministro se mantuvo resignado y frustrado pero sostenido en el aplauso ante el paso firme y distante de la comitiva.

Máxima precisión, cuidada, estudiada perfomance y perfecta sincronización de movimientos dan cuenta de la más elevada elegancia y distinción para eludir a quién no fuera invitado.

El cuidado y la protección de la estrella, como la delicada atención y esmero dan cuenta de la dedicación y personalidad sin temores de ningún tipo y orden.

Marca estricta, férrea defensa y atención a los detalles no dejaron lugar a la intromisión de ninguna especie.

La memoria nos permite recordar la visita de los jugadores campeones del año 1986 a la Casa Rosada y la negativa de Alfonsín de compartir el balcón con los homenajeados.

En su pensamiento, ellos eran los héroes y el escenario les pertenecía en plenitud.

Con el argumento de la intervención exclusiva les cedió el espacio sin ninguna participación de su parte.

Probablemente, con el discurso de Cristina en la recepción del año 2014, los jugadores piensen que han tenido suficiente.

Messi y Tapia han articulado una sana decisión que ubica la gesta en sus estrictas dimensiones.

El “Chiqui” Tapia, sin temores ni preocupaciones por costos, brinda suma protección y seguridad al genio y figura, no descuida detalles a tal punto que le pone el cuerpo en forma personal y directa al servicio y se compromete con celo y devoción.

Algunos dirán qué hay alguna cuenta pendiente pero resulta evidente la demostración libre y voluntaria de coraje y determinación.

Gratitud en estado puro.

Messi y Tapia: “CHAPEAU”